Una cena acogedora con una deliciosa sopa de maíz es probablemente una de las mejores opciones de comida. Pero a veces acabas con sobras de este plato tan contundente. ¿Qué puedes hacer con ellas?
¿Se puede congelar la sopa de maíz? Sí, puedes congelar la sopa de maíz. Se conservará más de 3 meses en el congelador. Sin embargo, los productos lácteos y la patata pueden provocar cambios en la textura de la sopa tras la congelación. Puedes ajustar las recetas, utilizar puré de patatas o sacar los cubos de patata antes de congelar para minimizar los efectos.
En este artículo, aprenderás todo sobre la congelación de la sopa de maíz, incluyendo lo que debes y no debes hacer.
¿Qué es la sopa de maíz?
Como su nombre indica, la sopa de maíz es una sopa chowder, lo que significa que se hace con leche, nata o ambas.
El ingrediente principal de la sopa de maíz es el maíz. Puedes utilizar tanto maíz fresco como granos de maíz enlatados o congelados.
Las patatas y la cebolla también son imprescindibles en la mayoría de las sopas de maíz tradicionales. También puedes añadir tocino, carne de ave o marisco a tu sopa de maíz para que llene más y añada más sabor y textura.
¿Se puede congelar la sopa de maíz?
La mayoría de las sopas son ideales para congelar. Llegas a casa después de un largo día de trabajo y necesitas algo acogedor y sustancioso para comer. En estos casos, tener un poco de sopa de maíz preparada en el frigorífico es un salvavidas.
Puedes congelar la sopa de maíz. Puedes hacer una gran tanda y guardar la sopa de maíz sobrante en una cámara frigorífica o de congelación para disfrutarla más tarde.
Congelar la sopa de maíz es fácil y no afecta al sabor de la sopa. Sin embargo, puedes experimentar algunos cambios en la consistencia de la sopa de maíz, especialmente si la has hecho con leche, nata o mitad y mitad.
Cuando los lácteos se congelan, se vuelven granulosos. Por eso, cuando recalientes la sopa de maíz congelada, puede que notes que no es tan suave como antes de congelarla.
La sopa de maíz sin lácteos hecha con ingredientes vegetales se congelará mejor.
Desde el punto de vista de la seguridad, la congelación de la sopa de maíz no entraña ningún riesgo para la salud, siempre que guardes la sopa a la temperatura adecuada y la descongeles correctamente.
Si quieres hacer una tanda de sopa de maíz el fin de semana y no quieres que quede granulada al recalentarla, puedes cocerla hasta el momento de añadir los productos lácteos.
De este modo, puedes añadir la leche o la nata cuando recalientes la sopa para la cena. En estos casos, también es bueno añadir las patatas en dados sólo cuando estés cocinando completamente la sopa de maíz congelada para una cena entre semana.
Cómo congelar la sopa de maíz
Congelar las sobras de sopa de maíz es una forma estupenda de no desperdiciar nada de este sustancioso plato y guardarlo para otra ocasión. A continuación te explicamos cómo debes hacerlo:
- Deja que la sopa se enfríe.
- Divide la sopa en porciones vertiendo la sopa en recipientes más pequeños o en bolsas de plástico. Asegúrate de verter una cantidad igual de líquido y maíz en cada porción.
- Si utilizas un recipiente, deja un centímetro de espacio entre la tapa y la sopa de maíz.
- Marca los recipientes con la fecha.
¿Cuánto dura la sopa de maíz en el congelador?
La sopa de maíz almacenada adecuadamente durará de 2 a 3 meses en el congelador. Puede conservarse de forma segura en el congelador durante más tiempo. Sin embargo, cuanto antes la consumas, mejor será su sabor.
En cualquier caso, antes de consumir la sopa de maíz previamente congelada, inspecciónala de cerca y haz la “prueba del olfato” para asegurarte de que está bien para comer.
Cómo descongelar la sopa de maíz congelada
La mejor manera de descongelar la sopa de maíz congelada es dejarla descongelar primero en la nevera. Lo ideal es trasladar la sopa de maíz del congelador a la nevera el día anterior y dejarla descongelar allí toda la noche.
3 errores que debes evitar al congelar la sopa de maíz
Hay algunos errores comunes que la gente comete al congelar la sopa de maíz. Los malos resultados de estos errores son los que llevan a muchos a creer que no es una sopa para congelar.
1. Llenar demasiado el recipiente o la bolsa de congelación
Cuando se trata de congelar sopa de maíz o cualquier otra sopa, es importante tener en cuenta que se expanden una vez almacenadas en la cámara frigorífica.
Por tanto, al congelar la sopa de maíz, no debes llenar el recipiente con la sopa hasta el borde. Deja algo de espacio para que se expanda.
Pero llenar demasiado no es el único problema. A veces no encuentras el recipiente adecuado para congelar la sopa.
Puede que elijas un recipiente mucho más grande de lo que necesitas y acabes con mucho espacio en él. De este modo, dejas mucho espacio para el aire en el recipiente, lo que aumenta las posibilidades de que se queme en el congelador.
En estos casos, cuando sólo te queden un par de cazos de sopa, viértela en una bolsa de congelación. Expulsa todo el aire que puedas y congela con éxito la pequeña porción de sopa de maíz.
2. No enfriar bien la sopa antes de congelarla
Como hemos dicho antes, antes de guardar la sopa de maíz en el congelador hay que enfriarla.
Puede que tengas prisa y pienses que la sopa se ha enfriado lo suficiente y la guardes en el frigorífico enseguida. Pero hacerlo puede ser motivo de preocupación. La proliferación de bacterias no sólo afectará a tu sopa, sino también a ti si la comes.
Si no tienes tiempo de enfriar bien la sopa y guardarla en la nevera, hay una forma de acelerar el proceso de enfriamiento de forma segura:
Para ello, divide la sopa en porciones más pequeñas. Puedes utilizar los recipientes o bolsas de plástico en los que vayas a guardar la sopa. Sumerge los recipientes (bolsas) con la sopa en agua helada.
Guarda la sopa de maíz en el congelador sólo cuando se haya enfriado del todo.
Como la sopa de maíz puede tardar horas en enfriarse por completo, utilizar este método de preparación de la sopa para su almacenamiento en frío es una forma estupenda de garantizar que sea segura para su consumo posterior.
3. Congelar la sopa de maíz con patatas cortadas en cubos
Si cocinas sopa de maíz para congelarla, no añadas las patatas en cubos y espera a descongelar y recalentar la sopa.
Cuando se congelan y se descongelan, los trozos de patata sufren cambios en su textura, lo que los deja blandos y desagradables. Tienen almidón y absorben el líquido de la sopa. Esto dificulta la congelación de sopas con muchas patatas.
Si hay cubos de patata en tu sopa de maíz, puedes retirarlos antes de congelarla.
O, si sabes que vas a congelar la sopa de maíz, en lugar de poner los tradicionales trozos de patata en la sopa, utiliza puré de patatas. El puré de patatas se congela mucho mejor que los cubos.
Puedes añadir puré de patatas a la sopa de maíz mientras la haces o poner un poco en cada plato de sopa cuando sirvas la sopa de maíz recalentada.
Consejos para congelar la sopa de maíz
Aquí tienes algunos consejos para que tu experiencia con la congelación de la sopa de maíz sea más fácil y fluida.
Consejo nº 1: Utiliza leche de origen vegetal
En comparación con la leche de vaca, la leche vegetal sufre menos cambios de textura cuando se congela. Por lo tanto, si te gusta la sopa de maíz hecha con leche no láctea, como la de almendras o la de coco, con más razón puedes optar por ella.
Consejo nº 2: Opta por la leche baja en grasa
Si no quieres sustituir la leche normal por alternativas vegetales, la siguiente buena opción es utilizar leche baja en grasa para cocinar la sopa de maíz.
Cuanto menos grasa tenga la leche, menos cambios sufrirá al ser congelada y descongelada. La razón por la que la leche se vuelve granulada al descongelarse es que la grasa se separa del suero.
Por eso, utilizar leche baja en grasa para hacer sopa de maíz es una buena forma de evitar cambios desagradables en la consistencia de la sopa tras la descongelación.
También puedes utilizar leche evaporada para hacer sopa de maíz si quieres que los cambios de textura sean mínimos.
Consejo nº 3: Añade algo de bacon
Puede que ya tengas tocino en tu sopa de maíz. Sin embargo, añadirlo sobre la sopa cremosa crea el mejor contraste de texturas.
Una vez recalentada la sopa, espolvoréala con trozos de tocino frito crujiente. Hacerlo hará que la sopa sepa mejor y dará la sensación de sopa recién hecha.
Como los ingredientes de la sopa se ablandan después de ser congelados, tu plato de maíz se beneficiará sin duda de la textura de los trozos crujientes de beicon.
Consejo nº 4: Ahorra espacio
Si eres una de esas personas a las que les gusta congelar todo, es probable que te falte espacio en el congelador. Esto es lo que puedes hacer para almacenar una gran cantidad de sopa de maíz en tu congelador sin que ocupe demasiado espacio.
Vierte la sopa en bolsas de plástico con cierre. Colócalas en el congelador hasta que estén sólidas. Cuando hayas congelado unas cuantas bolsas de sopa de maíz, apílalas para ahorrar espacio.
Consejo nº 5: Añade nata para recuperar la textura
Como ya hemos mencionado, la sopa de maíz elaborada con productos lácteos tiende a volverse granulosa cuando se descongela. Para restaurar la textura de la sopa hasta cierto punto, puedes añadir un poco de nata espesa a la sopa mientras se cuece a fuego lento para servirla en la cena.

¡Hola! Me llamo Alex. Empecé este sitio web, sinceramente, porque alguien me dijo que no podía. Dijeron que no quedaba sitio en el mundo para “otro bloguero gastronómico”. Ahora bien, puede que no tenga el gusto más adquirido, y puede que no sea un chef profesional, pero eso no significa que no tenga algunas ideas y estrategias estupendas. Este sitio web está lleno de consejos fáciles y prácticos para congelar, recalentar, deshidratar o cualquier otra cosa que puedas hacer con la comida. Los artículos están escritos por expertos en alimentación, chefs, cocineros caseros y yo. ¡Tu amigo, Alex!
Deja una respuesta