Con el cambio de hojas y el olor del otoño en el aire, eso significa una cosa: ¡la hora de la especia de calabaza! ¿Pero sabes qué especias se utilizan realmente en esta icónica mezcla?
Además de la canela y el jengibre, la otra especia que da a esta mezcla su sabor característico es el clavo.
Esta especia es el brote floreciente del árbol del clavo y tiene el aspecto de un pequeño tallo con un bulbo redondeado en el extremo.
Tiene un olor y un sabor muy penetrantes y fuertes, por lo que un poco rinde mucho cuando utilizas esta especia en la cocina.
Si quieres obtener el mejor y más fresco sabor de los clavos, te recomiendo que los muelas en casa.
El acto de moler libera los aceites volátiles y, si compras especias ya molidas, pueden disiparse, dejándote una especia menos potente y deliciosa.
Entonces, ¿cómo se muele el clavo? Puedes utilizar un molinillo de especias o un molinillo de café, puedes conseguir un accesorio de molienda para tu batidora, o puedes ir a la antigua usanza y utilizar un mortero para moler los clavos a mano y obtener la especia más fresca que puedas conseguir.
Sigue leyendo para descubrir más sobre el origen de los clavos, si puedes comerlos enteros, cómo molerlos correctamente, las mejores formas de utilizar los clavos y una receta para tu propia mezcla de especias de calabaza.
¿Qué son los clavos de olor?
Con el frío otoñal en el aire y la especia de calabaza en el menú, puede que tengas curiosidad por saber qué da a esta mezcla su sabor y olor característicos.
Pues bien, uno de los ingredientes clave de la mezcla de especias de calabaza es el clavo, así que antes de aprender a moler el nuestro, vamos a aprender un poco sobre lo que es el clavo.
Esta especia es súper fuerte y picante, y suele combinarse con canela, nuez moscada y jengibre para crear una mezcla cálida y reconfortante para productos horneados y bebidas.
Si nunca has visto un brote de clavo completo, parece un tallo corto de color marrón con un pequeño bulbo redondeado en el extremo, de aproximadamente 1 cm en total.
Los clavos son técnicamente el botón floral de un árbol de hoja perenne llamado clavero (Syzygium aromaticum). Normalmente se cosechan antes de que maduren, y luego se secan para obtener la especia que reconocerías en la tienda.
El clavo es originario de Indonesia, especialmente de una pequeña cadena de islas que se llamaban las Islas de las Especias y que ahora forman parte de Indonesia. También se cultivan en la India y Madagascar, y ahora se pueden encontrar en México, Kenia y Sri Lanka.
Los historiadores dicen que el clavo se cultiva como especia desde al menos el año 200 a.C., lo que lo convierte en un antiguo y delicioso complemento de cualquier comida.
El sabor del clavo es inconfundible; no encontrarás ninguna especia que sepa igual en el mercado. Tiene un sabor superfuerte que procede de un compuesto oleoso volátil llamado eugenol.
Esta molécula da al clavo su sabor picante, ligeramente dulce, ligeramente amargo y ligeramente astringente (secante).
Además de su uso como especia culinaria, los poderes curativos del clavo se han utilizado para reducir el dolor de encías y dientes y mejorar el mal aliento.
Los compuestos de esta especia son antibacterianos y pueden impedir el desarrollo de bacterias patógenas en la boca.
Como puedes ver, el clavo es una especia maravillosa con una historia interesante y un sabor único que lo convierte en una adición perfecta a tu armario de especias.
¿Puedes comer clavos enteros?
Es posible que en muchos platos se pidan clavos enteros, sobre todo si cocinas mucho curry indio o de Sri Lanka.
Sin embargo, aunque estas especias añaden una gran capa de sabor a los platos, no deben comerse enteros, ni siquiera una vez cocidos.
La textura del clavo sigue siendo leñosa y desagradable, incluso cuando está cocido, lo que hace que morder uno no sea la experiencia más agradable.
Además, el sabor es superconcentrado y puede hacer estallar tu paladar por completo. Incluso me he dado cuenta de que cuando he mordido accidentalmente un clavo de olor, después siento la boca un poco entumecida.
Eso puede ser estupendo si te duelen las encías o los dientes, pero no tanto cuando intentas disfrutar de una deliciosa comida.
Para evitar la textura desagradable y el sabor exagerado, te recomiendo que nunca te comas un clavo de olor entero.
Si quieres añadir realmente todo el sabor a tu plato, lo mejor es moler los clavos hasta convertirlos en un polvo fresco que puedas utilizar en tu plato y consumirlo sin tener que sacarlo después.
Cómo moler clavos con un molinillo de especias o de café
Hay muchas formas de moler clavos, pero la más rápida y fácil es sin duda utilizar un molinillo de especias o de café, ya que están diseñados para moler granos y semillas pequeñas.
Si utilizas un molinillo de café, te aconsejo que tengas uno dedicado exclusivamente a las especias, ya que los aceites volátiles de las especias pueden liberarse y hundirse en el molinillo.
Eso significa que pueden transferirse a tus granos de café y añadir un sabor que quizá no te guste.
Para moler los clavos en tu molinillo de café o de especias, deberás medir al menos una cucharada para que el molinillo tenga algo con lo que trabajar. Sigue estos pasos para obtener los mejores resultados:
- Mide al menos una cucharada de clavos.
- Colócalos en tu molinillo de café o de especias.
- Sella el molinillo con la tapa y enciéndelo. A mí me gusta dar una pequeña sacudida a mi molinillo mientras zumba para que las especias se muevan para conseguir una molienda uniforme.
- Cuando parezca que los clavos se han deshecho, apaga el molinillo.
- Quita la tapa del molinillo y coge un colador pequeño de malla fina.
- Vierte las especias a través del colador en un cuenco o en un plato para que se separen los trozos grandes.
- Puedes volver a añadir los trozos grandes al molinillo de especias y repetir los pasos 3-6 hasta obtener un polvo fino.
- Guárdalo en un tarro hermético y utilízalo en un plazo de 3 a 6 meses para una frescura óptima.
Es bastante rápido y sencillo moler los clavos enteros en un molinillo de especias o de café. Luego puedes utilizarlos frescos en cualquier receta que requiera clavos molidos.
Cómo moler clavos en un mortero
Cuando era más joven, siempre me gustaba jugar con el mortero y la maja en casa de mi abuela. Me dejaba machacar cosas al azar que encontraba en el jardín, hierbas, especias y cualquier otra cosa que llamara mi atención juvenil.
Pues bien, antes de la llegada de los molinillos de café y especias, la gente utilizaba un mortero para moler sus granos y especias enteras. Y antes de eso usaban piedras, pero no nos remontaremos tan lejos.
Un mortero puede ser de cualquier tamaño y puede estar hecho de diversos materiales, aunque muchos son de madera dura, cerámica, metal o piedras duras como el granito.
Personalmente, prefiero un mortero de mármol o granito, pero puedes elegir tu material favorito.
Se componen de dos partes que incluyen un cuenco grueso y pesado que suele ser liso por dentro y un pequeño mortero con forma de garrote.
Juntos te permiten triturar hierbas, especias y granos. También puedes triturar frutos secos o machacar ajo, chiles y jengibre hasta convertirlos en pasta.
Si no has comprado nunca un mortero, deberás buscar uno de unos 15 centímetros de diámetro y unos 10 centímetros de profundidad. Este tamaño es un buen punto de partida y te permitirá hacer muchas cosas en la cocina.
Para moler clavos en un mortero, sigue estos pasos:
- Mide 1 cucharadita o más de tus brotes de clavo enteros. Debes tener mucho espacio en el mortero (la parte del cuenco), así que no lo llenes demasiado con los clavos.
- Sujeta el mortero con una mano y pon el mortero en la otra. Por lo general, tu mano más dominante sujetará el mortero para conseguir la máxima eficacia.
- Con el mortero, empieza a presionar suavemente los clavos en el fondo del mortero para empezar a romperlos. Puedes golpearlos ligeramente con el mortero añadiendo un poco más de fuerza según sea necesario para empezar a romperlos.
- Cuando los brotes de clavo empiecen a romperse, puedes empezar a presionar el mortero con más firmeza y a girar en sentido circular.
- Mientras sigues triturando, hay una técnica llamada “mecer y aplastar” que te ayudará a obtener los mejores resultados.
- Para mecer: Recorre el mortero con el mazo para recoger los trozos de clavo que hayan trepado por las paredes, raspándolos suavemente hacia el fondo mientras das vueltas al mortero.
- Para machacar: Empuja los trozos de clavo hacia el centro y presiona.
- Sigue meneando y machacando hasta que consigas un polvo fino y no queden trozos grandes de clavo en la mezcla.
- Si quieres una mezcla homogénea, puedes colocar un pequeño colador de malla fina sobre un cuenco y verter los clavos molidos a través de él, agitando el colador para ayudar a que pasen los trozos.
- Si quedan trozos grandes de clavo, vuélvelos a poner en el mortero y aplástalos hasta que se deshagan.
- Coloca los clavos molidos en un recipiente hermético. Etiqueta el recipiente con el contenido y la fecha en que los has molido y utiliza la especia en un plazo de 3 a 6 meses.
Cómo moler los clavos en la batidora
Otra opción para moler clavos de olor es utilizar una batidora. Sin embargo, la mayoría de las licuadoras no tienen el tipo de cuchillas adecuado para moler semillas, especias y granos, así que debes buscar una que tenga un accesorio de molienda de cuchillas planas.
Muchas de las licuadoras de tipo bala vienen con un accesorio para moler y un pequeño recipiente que puedes dedicar al proceso, así que si no quieres tener varios artilugios de cocina, te sugeriría que te hicieras con uno de ellos.
Para moler correctamente tus clavos en una licuadora, sigue estas instrucciones:
- Asegúrate de que tienes una cuchilla para moler unida a la base de la batidora.
- Añade una cucharada o más de brotes de clavo en el bote.
- Coloca el bote en la cuchilla de molienda y ponlo en la base de la batidora.
- Enciende la batidora y observa cómo muele hasta que parezca que se han deshecho todos los trozos grandes.
- Busca un colador pequeño de malla fina y colócalo sobre un bol.
- Abre el bote de la batidora y vierte los clavos molidos en el colador.
- Agita el tamiz para que pasen los clavos y vuelve a poner los trozos grandes en la batidora, repitiendo los pasos 3-7 hasta que la mayoría de los clavos estén totalmente molidos. Desecha los últimos trozos pequeños que no pasen por el tamiz.
- Guárdalo en un recipiente hermético durante 3-6 meses. Quizá quieras escribir la fecha y el contenido en una etiqueta para saber cuánto tiempo estarán frescos tus clavos molidos.
¿Cuáles son las mejores formas de utilizar los clavos de olor?
Gracias a su sensación de calor y su delicioso sabor, los clavos funcionan en todos los platos, desde los dulces hasta los salados.
Como su sabor es tan fuerte, un poco da para mucho, así que querrás empezar con una pizca e ir añadiendo más según sea necesario, probando durante mucho tiempo.
Algunas de mis formas favoritas de utilizar el clavo son
- En una mezcla de garam masala para hacer deliciosos currys
- Como componente de una mezcla de especias y pasteles de calabaza
- Molido y espolvoreado sobre una taza de ponche de huevo
- Añadiendo una pizca a las galletas de jengibre
- En un aliño para platos de carne de cerdo: me gusta añadir cacao, café, canela, tomillo, mostaza en polvo, sal marina, pimienta y ajo en polvo
- Como especia en el jamón asado
- Como componente en las especias para encurtir
- Como especia en el vino caliente, la sidra de manzana o el chai
- Echa clavos de olor en el líquido de escalfado para hacer las peras y manzanas escalfadas más decadentes
Mezcla casera de especias de calabaza
Si te gusta el sabor clásico de la especia de calabaza, te recomiendo encarecidamente que pruebes a hacer tu propia mezcla con clavos frescos molidos.
El sabor será de otro nivel y podrás usarlo en tu repostería, batidos, cafés con leche y cualquier otra cosa a la que quieras dar un toque de diversión estacional.
Ingredientes
- 2 cucharadas de canela molida
- 1/2 cucharada de jengibre molido
- 1/4 de cucharada de clavo fresco molido
- 1/8 a 1/4 cucharada de nuez moscada molida
- 1/2 cucharada de pimienta de Jamaica
Instrucciones
- Combina todas las especias en un bol pequeño, mezclándolas completamente.
- Una vez mezcladas, utiliza un embudo para transferirlas a un tarro pequeño o a un recipiente hermético.
- Escribe la fecha y el contenido en una etiqueta pequeña o en un trozo de cinta adhesiva.
- Guárdalo en el armario y utilízalo en un plazo de 3 a 6 meses para una frescura óptima.

¡Hola! Me llamo Alex. Empecé este sitio web, sinceramente, porque alguien me dijo que no podía. Dijeron que no quedaba sitio en el mundo para “otro bloguero gastronómico”. Ahora bien, puede que no tenga el gusto más adquirido, y puede que no sea un chef profesional, pero eso no significa que no tenga algunas ideas y estrategias estupendas. Este sitio web está lleno de consejos fáciles y prácticos para congelar, recalentar, deshidratar o cualquier otra cosa que puedas hacer con la comida. Los artículos están escritos por expertos en alimentación, chefs, cocineros caseros y yo. ¡Tu amigo, Alex!
Deja una respuesta